Remigio se sentó en la silla. Estaba un poco nervioso. A su alrededor, todo era blanco y resplandeciente. Una mujer entró, lo saludó y le sonrió amablemente. Vestía de blanco y usaba guantes de goma. Remigio, resignado, se reclinó y abrió grande la boca. ¿Dónde estaba Remigio?