Respuesta:
En su camita de tierra descansaba la semilla dorada, algunas gotitas de la lluvia entraron a despertarla. El sol se acercó un poquito y le regaló su calor, la semilla rompió su traje, hizo fuerza… y se estiró. Se asomó muy curiosa y el mundo descubrió. Así la semilla dorada en planta se convirtió.